Pablo: Somos de una familia chilena de pobladores, que vive en Villa Francia, una población del sector Oeste de Santiago. Nuestros padres han trabajado desde siempre ligados a la Iglesia, y a partir de septiembre del 73, estan ligados, primero, al que se llamó Comité Pro Paz, y luego a la Vicaria de la Solidaridad. Nuestro padre es asistente social y ella trabaja como secretaria en la Vicaría. Ellos nos han inculcado valores importantes: amor,fraternidad y rechazo a la situación de violencia y muerte que se ha estado viviendo en Chile. De allí parte el compromiso que los cuatro hermanos asumimos en organizaciones populares de base de nuestra población, inicialmente en comunidades cristianas y despues en organizaciones políticas, concretamente en el MIR, aunque siempre como cristianos...La entrevista en Madrid a los hermanos Vergara Toledo en el mes de abril de 1985, es extensa y en ella hacen un lúcido y doloroso análisis de los hechos de marzo : el asesinato de seis personas por la dictadura militar, todos el día 29: José Manuel Parada, Manuel Guerrero, Santiago Nattino, Paulina Aguirre y los dos jóvenes Vergara.
El contexto político y social de ese período está enmarcado en sucesos más amplios que una razzia a "elementos mariguaneros", como declaraban los personeros del regimen a traves de la prensa siempre cómplice.
Los funerales de los profesionales comunistas degollados convocaron a más de 25.000 personas. El funeral de los jóvenes asesinados reúne 5.000 personas. En plena dictadura militar.
Pablo Vergara , al igual que sus hermanos, dejó su vida en la lucha. Otro jóven combatiente.
Este material lo he encontrado en la revista ARAUCARIA ,que ayer , en los actos de homenaje a los jóvenes, en la Plaza Brasil, por pura casualidad adquirí y con mucho dolor leí en el transcurso de una noche en blanco.
En Internet se encuentra la coleccion completa de ARAUCARIA. En el nº30 1985 aparecen las palabras de los hermanos Vergarara Toledo, así como las declaraciones de los padres y esposas de los profesionales degollados.
Cuan selectiva e inestable es la memoria. Basta un terremoto dominical en marzo del 85, para que se adueñe de nuestros recuerdos el pavor a las fuerzas de la naturaleza, a veces cegando todo otro recuerdo.
Debemos construir memoria; la nuestra que se ha diluído y la que heredaremos a nuestros jóvenes, combatientes por la vida.
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