RSS

Un cumpleaños en rojo y negro

15/8/08

Por Rosssana Cárcamo


Como de costumbre empecé mi jornada a las 6 de la mañana: ducha, Internet, un café y un cigarrillo antes de salir a la calle.
Esta mañana la brisa húmeda –dejada por una tormenta estival- me dijo que quizás Santiago despierte de la misma forma. 
Un aroma fresco y el graznido de las gaviotas que buscan su rumbo, me rebobinaron la memoria en 23 inviernos. 

¡Si!, ahí estaba yo de nuevo con mi chaleco oscuro, mi parca, mis jeans y mis zapatillas, haciendo un “casa a casa” para llevar las noticias de El Rebelde.

Era la primera vez y estaba nerviosa. Mi corazón latía con la misma velocidad con que ahora tecleo estas palabras. Sentía que mi labor era importante, creía fehacientemente que esos panfletos acortarían la presencia del dictador en el país. No obstante, era consciente de que eso no sería suficiente, pero había que informar a los pobladores que el MIR seguía vivo, que cumplía un año más de lucha junto a ellos.

Mis años de militancia fueron hermosos. Conocí del amor fraterno entre compañeros de ideales. Supe del valor de aquellos que nacieron antes que yo y que abrieron caminos para que la juventud transitara. Tuve miedo, pero lo enfrenté con la convicción serena de estar haciendo lo correcto. Cometí errores y supe corregirlos. También tuve penas y derramé muchas lágrimas de impotencia, de frustración, de amargura. Sufrí cada vez que uno de los nuestros caía y guardé esa rabia PARA NO OLVIDARLOS, para seguir luchando por la justicia, para que sus sueños no se diluyeran en la marea de la amnesia colectiva.

Hoy se habla de cultura Mirista y la verdad poco me importa el título bajo el cual nos señalen -a los que seguimos manteniendo el corazón rojo y negro- si se que seguimos siendo compañeros de viaje, en esta ruta por conseguir lo mejor para el pueblo.

Cuando ingresé al MIR, me dijeron que un mirista debía ser el mejor en todo y que nunca perdiera la ternura de la adolescencia. Han pasado 23 calendarios y en otras tierras continúo dando lo mejor de mí y conservo la sonrisa tierna, como escudo ante los que pretenden derrotarnos.

Mi venganza personal, como dice la canción, es mi hijo.

¡Son todos nuestros hijos!

¡Feliz Cumpleaños!

¡Hasta la Victoria Siempre!

No hay comentarios: