Por Christian Martínez Santos
Hoy, otra vez, me encontré con la culpa de sobrevivir. En una serie de emociones, viendo una lista de los miristas muertos, asesinados y desaparecidos, mi tía estalla en llanto y me dice: “tantos que se fueron, que mataron, y yo aquí”. La duda de no saber por qué vivió y muchos otros murieron, de sentir que seres tan queridos murieron, asesinados por personas que le causan repulsión y sed de verlos muertos, sentimiento que comprendo y muchas veces comparto, pero no se si sea muy bueno tener ese sentimiento.
Le muestro a mi tía este blog, al verlo en la pagina de inicio, está puesta una imagen de un muy buen amigo de ella, José Carrasco Tapia, el “Pepone”, personaje de la historia Chilena muy conocido por mí, dado el gran lazo que tuvo con mi familia. Con mi madre, padre, tía y demaces. Siempre he escuchado hablar, desde chico, de “Pepone”. Nunca me quedó claro quién era, solo sabía que era un amigo de la familia, pero cuando ya estuve más grande, y las ansias de saber y recordar nacieron en mi, fue cuando supe que ese personaje del que tanto escuchaba hablar, del que nacían recuerdos muy lindos y de mucho cariño, estaba muerto. Lo habían matado en represalia por el intento de ajusticiamiento a Pinochet del FPMR.
Mi tía siempre recuerda a “Pepone” con mucho cariño, me cuenta de él, y termina con una pequeña reflexión diciendo: “Por qué lo mataron, era tan bueno…”
Cada vez encuentro más personas con la misma culpa, “la culpa de sobrevivir”, como mi profesora dijo, es el dolor cotidiano que queda después de un minucioso trabajo de desplazamiento de la culpa. Ya que no la tienen los verdaderos culpables, entonces la sufren los antaño promotores del cambio.
Le muestro a mi tía este blog, al verlo en la pagina de inicio, está puesta una imagen de un muy buen amigo de ella, José Carrasco Tapia, el “Pepone”, personaje de la historia Chilena muy conocido por mí, dado el gran lazo que tuvo con mi familia. Con mi madre, padre, tía y demaces. Siempre he escuchado hablar, desde chico, de “Pepone”. Nunca me quedó claro quién era, solo sabía que era un amigo de la familia, pero cuando ya estuve más grande, y las ansias de saber y recordar nacieron en mi, fue cuando supe que ese personaje del que tanto escuchaba hablar, del que nacían recuerdos muy lindos y de mucho cariño, estaba muerto. Lo habían matado en represalia por el intento de ajusticiamiento a Pinochet del FPMR.
Mi tía siempre recuerda a “Pepone” con mucho cariño, me cuenta de él, y termina con una pequeña reflexión diciendo: “Por qué lo mataron, era tan bueno…”
Cada vez encuentro más personas con la misma culpa, “la culpa de sobrevivir”, como mi profesora dijo, es el dolor cotidiano que queda después de un minucioso trabajo de desplazamiento de la culpa. Ya que no la tienen los verdaderos culpables, entonces la sufren los antaño promotores del cambio.
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