Murió en la noche del domingo 13 de enero de 2008 la periodista y escritora chilena Patricia Verdugo, acreedora en 1993 del María Moors Cabot, el más importante de los premios que entrega Estados Unidos a periodistas extranjeros, recién cuatro años más tarde, en 1997, obtiene el Premio Nacional de Periodismo en su país.
Sus restos se velan en la capilla de San José, comunidad de La Reina y serán incinerados el martes 15 en el cementerio Parque del Recuerdo de Santiago.
Su trabajo será muy difícilmente olvidado.
Magalí Silveyra
A la periodista se le reconoce haber puesto su talento a la orden de los derechos humanos conculcados por la dictadura militar-cívica chilena. Siete libros, paridos con el rigor de su profesión y la gracilidad de estilo de una escritora segura en el manejo de sus herramientas, son la valiosa herencia que deja a la sociedad chilena. Entre ellos destacan: Una herida abierta (1979), André de La Victoria (1984), Los zarpazos del puma (1985), Operación siglo XX (1990), Interferencia secreta (libro y disco compacto), 1998. Una obra, Bucarest 187, trata del apresamiento y desaparición de su padre a manos de personeros del régimen de Pinochet.
Estudió periodismo en la UC y a lo largo de su carrera colaboró con distintos medios tras haberse desempeñdo en su juventud como relacionadora pública de la Escuela Militar de Chile. Verdugo padecía un cáncer que interesaba sus funciones hepáticas; falleció en el hospital Clínico de la Universidad Católica mientras dormía. Sus funerales tendrán lugar después del medio de mañana martes 15 de enero.
Sin duda quisiera se la recordara por el trabajo al que dedicó su vida. Por tanto, y en esa virtud, transcribimos el testimonio rendido en homenaje a su padre. Helo aquí.
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