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Sebastián Acebedo Becerra

1/10/07

Por Christian Martínez Santos.

Realizando mi habitual rutina, de mi casa al colegio del colegio a mi casa, me entregaron un volante en el intermedio, que dice: “Dia Internacional de la No Violencia. 02 de Octubre”. Y este título está acompañado de imágenes de Gandhi, Martin Luther King y Silo. Al leer el volante no pude evitar recordarme de Sebastián Acebedo Becerra, uno de los personajes de la historia oculta de Chile (1973-1990) que vale la pena recordar en esta época, ya que lo que él hizo fue un claro acto de NO VIOLENCIA, que permitió alzar una voz de alerta a lo que estaba ocurriendo en Chile.


Sebastián Acebedo Becerra era padre de dos hijos, Galo y María Candelaria Acevedo Sáez, quienes fueron detenidos el 9 de Noviembre de 1983 por civiles armados que no se identificaron, o mejor dicho, agentes de la CNI. Dos días des pues de su detención, en los que no se supo nada de Galo y María, Sebastián Acebedo como son de protesta, se dirige en la tarde del 11 de Noviembre de 1983 a la plaza de concepción, frente a la Catedral, se roció combustible y parafina, para luego encenderse en llamas, mientras esto ocurría sus palabras fueron: “Que la C.N.I. devuelva a mis hijos”. Muriendo a las pocas horas por las graves quemaduras que sufrió.



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Sebastián Acevedo Becerra; Ahora somos todos tus hijos. Dejaste la batalla cotidiana, de un soplo entregaste tu cuerpo a todo chile, no hay canto que devuelva tu respiro a la vida, pero si una voz de alerta a la razón.

Por ti se levantan las banderas, ejemplo de luz y de valor Sebastián Acevedo Becerra, padre, hermano y compañero. No hay canto más valiente que tu prueba, tu vida vale ráfagas de sol.

Tú forma de abordar el atropello cometido, a tu padre, a tus hijos y a tu pueblo. Ha sido el testimonio de un presente doloroso, y mañana será historia en el país.

Por ti se levantan las banderas, ejemplo de lucha y de valor Sebastián Acevedo Becerra, padre, hermano y compañero. No hay canto más valiente que tu prueba, tu vida vale ráfagas de sol.

Tu vida vale sangre y amor.


"Para que nunca más en Chile exista tortura, Honor y Gloria a Sebastián Acevedo" Frase final del discurso de Clemira Pacheco en la cámara de diputados el 2006.

plaza de concepción

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