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De vuelta en Grimaldi

1/6/09

El día de ayer se celebró por décima vez en nuestro país, "La fiesta del patrimonio", día en el que se abrieron y expusieron de manera gratuita, 100 lugares patrimoniales. Dos de ellos eran Londre 38 y Villa Grimaldi.

Por Christian Martínez Santos.

31 de mayo, día del patrimonio, fue la ocasión que con mi padre aprovechamos para visitar Londres 38 y Villa Grimaldi, lugares de detención y tortura durante breves periodos en los 17 años de dictadura militar (1973-1990). Durante el día me entere de que mi padre había sido detenido, interrogado y torturado en Villa Grimaldi, él fue parte del último grupo que llego a este lugar el año 78. Desde el momento que abandono Villa Grimaldi en ese entonces, nunca había vuelto a pisar el lugar.

Londres 38 paso a segundo plano, la visita a Grimaldi se hizo urgente, por lo menos para mí. Mi padre estaba algo nervioso, poco antes de llegar al lugar mira alrededor y enlentece el paso, frente nuestro un portón de lata negro, con un marco grande de ladrillo pintado rojo. Es la entrada al que fue el centro de tortura en que estuvo mi padre.

Ya adentro lo primero que dice mi padre es que ya no es lo que era antes, esta todo cambiado. Damos vueltas por el parque que existe actualmente, hasta que vemos la puerta por la que mi padre habría ingresado cuando lo detuvieron, era de igual forma que la puerta de entrada al memorial. Los recuerdos le brotan y comenta que, cuando fue detenido el 78, se dio cuenta que estaba en Villa Grimaldi por la gravilla de la entrada, el portón de lata que se abrió al momento de ingresar, el sonido de los pájaros y el agua de la fuente que sonaba, "cuando me di cuenta que era Grimaldi pensé: aquí cagué".

Otros compañeros de mi padre y madre que estuvieron detenidos en el mismo recinto, los vimos contando su experiencia en el recinto a la gente que visitaba el lugar, caras de asombro, jóvenes sacando la madre a los militares y niños jugando, es lo que se veía en lo que antes fueron lugares de múltiples escenas de crímenes y violaciones a los derechos humanos.

Ya en la noche, de vuelta en casa, mientras converso con mi padre, me comenta que nunca le he preguntado por las torturas que sufrió, me quedo callado, no tengo respuesta. Ya entrada la noche me doy cuenta de por qué nunca se lo he preguntado, un poco más carne de perro seré que el común de la gente para escuchar las historias y las atrocidades ocurridas en la dictadura, pero saber qué es lo que le hicieron a mi padre durante la tortura, es algo que no se si estoy preparado a escuchar sin generar un odio y rabia que dificulte mi burdo intento de objetividad.

El 30 de mayo fue un día marcado de recuerdos, emociones, conversaciones y el traspaso de vivencias por los que lucharon por derrocar la dictadura militar. Debemos seguir recuperando la historia y el respeto que lo vivido merece.




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