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Deben aceptar las culpas de cada cual.

22/4/08

Por Christian Martínez Santos

A través de la participación en algunas reuniones de grupos conformados por víctimas del régimen militar, como en conversaciones individuales con algunas de estas personas, se hace posible ver que la relación con sus hijos se ve afectada profundamente por su pasado de “victimas de la dictadura”. Este fenómeno, se expresaría en muchos jóvenes en deserción estudiantil, suicidios, problemas psicológicos y constantes problemas de socialización, tanto con la familia más cercana (hermanos, padres, madres), como con sus pares.

Es necesario poner la expresión “victimas de la dictadura” entre comillas, porque es donde, a mi parecer, se ve reflejada la raíz de estas problemáticas.

Vivir el día a día en una familia donde los padres (sujetos claves en la formación de los niños/as particularmente en su primera infancia), o familiares más cercanos, cuentan sus historias de vida, con un constante sentimiento de “victimización”, de odio, de frustraciones, puede traspasar dichas emociones al niño/a que se esta criando, lo que podría tener varias reacciones en el niño; replica del odio de sus padres en él, indiferencia ante la vida de sus padres (lo que podría producir en el niño una mala relación con sus padres o un desconocimiento de los mismos), victimizarse al igual que sus padres lo han hecho (cayendo en posibles problemas psicológicos), la frustración constante o negatividad frente a lo vivido, o el desapego hacia la vida propia, en tanto posibles efectos.

Los niños, son el producto de su realidad y entorno, por lo tanto los padres, “victimas de la dictadura”, no pueden negar su responsabilidad en la formación de sus hijos/as, ellos/as requieren mirar críticamente lo realizado con sus hijos. Así sea el escenario de una cárcel, o de un país cuyo lenguaje no se entiende, es siempre responsabilidad de los padres el crecimiento equilibrado de sus hijos (a lo menos hasta la etapa de adolescencia), entonces, es posible inducir que son los padres quienes no hicieron de esa realidad y de su entorno algo distinto, algo digno de vivirse por sus hijos/as.

Esta temática debería tratarse en las familias que se ven afectadas por estas situaciones, que los padres realicen un análisis crítico, en pro de mejorar la relación familiar con sus hijos, y ayudar a estos a comprender los problemas y vulnerabilidades de sus padres.

Con la situación mencionada en el párrafo anterior, buscamos empezar a reconocer en los hijos la importancia de recuperar la historia de sus padres y amigos, y esto no tan solo en escritos, sino que en las formas en que a los hijos se les ocurra; escribiendo, pintando, analizando, elaborando poesía, obras de teatro, bienvenido sea, porque todo, todo sirve, para curar heridas y cerrar un ciclo.

Luego de terminada la dictadura de Videla en Argentina, lo primero que muchos hicieron, al día siguiente de su caída, fue el inicio de publicaciones masivas de libros de memoria, tanto novelas como ensayos, tanto vivenciales como documentales, un trabajo que han realizado desde entonces. Por esta vía, han logrando tener una mayor continuidad en sus historia personales y de país.

Ya han pasado 18 años del retorno a un sistema democrático, luego de haber vivido 17 años de dictadura. En estos años, los personajes principales de esa época, es decir nuestros padres, abuelos, tíos y familiares, no han recordado, a veces por miedo, otras por tristeza, muchas por pudor, o simplemente por el desgaste personal que produciría volver a revivir los dramas vividos.

Esta tarea ha sido pues legada a nuestras generaciones, somos los hijos y nietos, quienes tendremos que escribir y transmitir la historia que, hasta ahora ha sido muy poco recuperada.

Parte importante de esta recuperación tiene que ver con trabajar la aceptación y empatía de los hijos con sus padres, como camino de sanación de nuestros propios dramas de hijos/as de “victimas de la dictadura”. Es así como seremos nosotros, los hijos y nietos, los que escribiremos sus vidas. De esta manera, a su vez, nosotros entregaremos herramientas para que las generaciones siguientes no tengan impedimentos en conocer su historia, la historia de su familia y de su país, para no volver a repetir lo ocurrido, para no volver a engendrar nunca más un espécimen como Pinochet.
Debemos recuperar la historia y el respeto que lo vivido merece.

(Obra realizada por jóvenes en Argentina, en relación
con la dictadura vivida en este país)

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Imagen extraida de: http://argentina.indymedia.org/ / "Por los niños y niñas nunca más" editado y publicado por OPCION / Portada "The Clinic N°205".

3 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias Christian por tus post en este espacio, y en especial por tu mirada, me gusta, la encuentro sana y sanadora a la vez, me llena de esperanza.

un abrazo

Memoria Nuestra dijo...

Muy buen material grafico y los testimonios , que deben ser siempre vigentes y contemporaneos porque " acá, nadie muere, compañero"
Tu posición acerca de una autocrítica de los padres acerca de cuan traumático pudo ser para sus hijos el tipo de militancia y entrega de 24 hrs y 7 días a la construcción, que creimos posible, de una sociedad nueva y justa.
Eramos tan jóvenes como lo son los menores de nuestros hijos o los mayores de nuestros nietos.Mas de tres décadas han pasado; hemos crecido en años y en experiencias. Somos parte del fracaso y derrota a nivel planetario de un proyecto histórico.Eso nos hace sobrevivientes , así como nuestros hijos lo son. Vivimos en sociedades enfermas,traumatizadas
distintas y ajenas a las que quisimos construír.
Hay una España, hay un Vietnam, Una Corea, unos Balcanes, una Ruanda,una America Latina...todas sociedades que sobrevivieron a conflictos sociales traumáticos, dolorosos, de larga data. Todas construtendo Memoria y NUNCA MAS.
Debemos, intergeneracionalmente, todos los generos, todas las diversidades, todas las culturas políticas, todos los credos e ideologías, insertarnos en esta afanosa búsqueda.
Las autocríticas, los grandes y pequeños temas,los analisis cuidadosos de causas y efectos, todo es importante. Todas las trincheras son respetables.
Un saludo a un joven que ilumina...

Lala E. dijo...

Leí con atención tu opinión y la encuentro muy, muy interesante. Creo que es un enfoque novedoso que es un gran aporte para todos los que trabajamos en el tema de la memoria.
Te felicito.