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Moreno de verde luna, voz de clavel varonil

14/2/08

Por Teresa Izquierdo Huneeus
En recuerdo de HUGO DANIEL RIOS VIDELA (El Peque)

Habían pasado dos días interminables desde que el guatón Pedro debería haber aparecido. Yo, mientras tanto, me deshacía el nudo en la garganta abrazada de nuestro Manuelito y contemplando a mi Hugo que se preparaba para su cita de las cinco, el punto de rescate; se pone bluyines y una camisa celeste que lo hace verse aún más joven, se anuda sus zapatillas deportivas y en un bolso de gimnasia instala su pistola Stayer. Por detrás su cabello que se le ve tan bonito con la permanente que le hicieron, se le mece mientras camina a grandes zancadas como si fuera un mulato. Lo diviso entonces desde lejos y alcanzo a ver todavía como se despide de nosotros: "cuidate socio, cuidate mi amor".

Por desgracia, pasaron las horas, los días y los años y Hugo Daniel Ríos nunca volvió. Posteriormente se supo que fue detenido por la DINA, que cayó herido y se lo llevaron a la Villa Grimaldi. Algunas personas que lo vieron allí me cuentan que su cabeza se caía de un lado al otro porque tenía una bala en el cuello, pero pese a ello, estaba tan entero que a veces incluso canturreaba. Esas personas que lo vieron ahí en esas circunstancias desgraciadas, me cuentan también que a fines de febrero del setenta y cinco, lo sacaron engrillado junto a Manuel Cortés, a Alan Bruce y a Juan Carlos Perelman, y se los llevaron al país de los detenidos desaparecidos. Unos meses después su nombre apareció en una lista de cincuenta y nueve revolucionarios presuntamente muertos en Argentina. El diario "La Segunda" anunciaba en su portada: "Como ratas Exterminan a Miristas".

Nada más distinto a una rata era mi socio. Mi socio era adorable, cómo no iba a estar enamorada de él si su belleza era completa, por dentro, apasionado, valiente, sensible, lleno de valores que lo hacían estrellarse contra el mundo de injusticias que veía; por fuera era atlético, delgado, de rasgos finos. Cuando no sabía aún su nombre verdadero, le decía yo, como García Lorca, Antoñito el Camborio, moreno de verde luna, voz de clavel varonil.

Después de tantos años, el próximo catorce de febrero, se cumplirán veintisiete desde que desapareciera; sin embargo el único reproche que puedo hacerle es habernos dejado solos a su hijo Manuel y a mí.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hello Doushura, the intent of this blog is to gather stories, situations and views of interested persons on various topics related to the Chilean military dictatorship (1973-1990), is not to make a political or historical analysis on what was, because to try to live there, but to know that there are reading and listening to the story.
I am 17 years old, I do not live the military dictatorship, born just the year in which Chile returned to democratic, but my parents lived closely, persecution, live underground, armed struggle, torture, murder of friends, prison politics, and my intention is to remember all the stories, and those of them who lived similar or completely different things.
Because we have to recover the history and the respect that it deserves lived.

Christian Martinez Santos.
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